[For English version, click here] Después del vuelo de Los Angeles a Brisbane, Australia con la esposa y tres niños (todos con camisetas “Team Papa”) y con pocas horas de dormir, tenía dudas de poder llegar al podio en este campeonato del mundo. Salimos el martes desde el aeropuerto LAX después de 6 horas de manejar sesiones de investigación de mercado con consumidores para uno de mis mas grandes clientes. Las sesiones se acabaron a las 8pm. El vuelo salía a las 11:20pm. Logré juntar a mi pequeña tribu con su inmensa cantidad de equipaje ademas de mi equipo de triatlón y llegar al aeropuerto justo a tiempo para nuestro vuelo de 14 horas.
Con apenas dos dias para acostumbrarme al nuevo horario (17 horas de diferencia entre Australia y San Diego), me encontré el agua con mas de cincuenta paratriatletas (el nombre oficial de triatletas con discapacidad) – los ciegos, los parapléjicos, amputados y “les autres” (los otros). Mi categoria, la T5 (Tri 5) incluye personas con discapacidad moderada de la pierna, por lo general, amputados por debajo de la rodilla.
Mi categoria incluyó al legendario Rivaldo Martins (Brasil) y el Americano multi-deportista, Paul Martin (el que me motivó a entrar al deporte). También acudieron varios de otros países incluyendo al recién llegado austriaco, Ernst Scheiber, campeón de la copa euro de triatlón. Aunque no es un amputado en teoría, Ernst posee una deformidad de pierna inferior que require una prótesis para correr y hacer ciclismo.
Resulté pésimo en la etapa nadada... salí del agua en octavo lugar. Me ganó no solo un manco (el húngaro impresionante, Peter Boronkay, amputado de brazo) pero también un parapléjico (el deportista australiano, sillaruedista, Bill Chaffey)... personas, que en teoría deberían ser mas lentos que yo en el agua. A pesar de que, entrenando en la piscina todo el verano, logré hacer los 1500 metros en 22 minutos varias veces, estuve muy sorprendido de apenas terminar la nadada en 30 minutos. En Londres, terminé el 1500 en 26 minutos así que no alcancé a mi potencial aquí en Australia. Mucho tenía que ver con la ruta serpentina que nadé como un borracho saliendo de los boliches a las 9 de la mañana en Buenos Aires... en vez de nadar en una linea recta. Tengo que practicar mas en el mar abierto en vez de la piscina que tiene las lineas negras pintadas en el fondo como guias. En mi categoría salí tercero del agua, 6 desalentadores minutos detrás de Rivaldo mi competencia principal. Otro joven brasileiro en mi categoría, Andre Szucs, salió del agua con tres minutos de ventaja.
Empecé la etapa de ciclismo con dos T5’s en frente de mi. Rapidamente sobrepasé a Andre, pero Rivaldo estaba fuera de mi alcance por la mayoría de la carrera. Estaba básicamente solo por las calles por la primera parte de la prueba–pensé en dos ocasiones que me había salido de la ruta oficial. Después de unos 20 minutos, apareció Ernst Scheiber, el austriaco quien me alcanzó y me sobrepasó varias veces. Batallamos entre los dos en las bicis por el resto de la etapa y entramos a la segunda transición con un segundo de diferencia. No había ningún rastro de Rivaldo y tomé unos segundos de ventaja sobre Ernst en la transición y luego lo dejé atras en la etapa corrida.
Rivaldo seguía en frente, y aunque le había retomado unos 3 minutos de ventaja que me había ganado en la natación, quedaba fuera de vista. No pensé que iba poder alcanzarlo – si ni siquiera lo podía ver por los primeros 15 minutos de la etapa corrida. En la primera de las dos vueltas, lo vi por primera vez y me di cuenta que quedaba no mas 1 minuto 22 por delante de mi. Paulatinamente estaba cerrando la distancia entre él y yo. Oí varios espectadores gritarme “atrapa al brasileiro!” incluyendo a mi propia esposa quién estaba claramente muy emocionada de lo que estaba pasando. Redoblé mis esfuerzos y en el octavo kilometro, Peter Harsch, el técnico de nuestro equipo Americano me gritó que solo estaba 41 segundos detrás de Rivaldo. En ese momento sabía que sí tenia la posibilidad de ganar el campeonato si me ponía las pilas. Alcancé a Rivaldo después de la segunda vuelta.
Crucé la linea 1 minuto 24 adelante de Rivaldo, 7 minutos adelante de Scheiber (tercer lugar) y mas de 14 minutes antes de Paul Martin. Sorprendentemente, logré ganarle a todos los mancos y sillaruedistas quienes muchas veces nos ganan a los amputados de pierna por sus corridas impresionantes. Estuvo muy satisfecho con mi tiempo de 2:19, aunque con una nadada apropriada, pudiera haber terminado de 2:12 a 2:15. Por lo menos tengo algo en que puedo enfocarme para el año que viene en Budapest.